La práctica hace al maestro

Una manera distinta de vivir la práctica

Por Omar Fuentes.

Re-aguén... Re-aguén... Re-aguén...

No sé qué tan fácil puede ser para ti que, en este preciso instante, mientras lees, recuerdas lo que tuviste que hacer para aprender algo con maestría, desde que decidiste hacerlo y mientras continuaste adquiriendo la habilidad para llevarlo a cabo... ¿Cómo lo hiciste?

Esta misma pregunta la he realizado decenas de veces y casi siempre he obtenido respuestas similares. La mayor parte de las personas, cuando recuerdan haber aprendido algo como hablar otro idioma, manejar un automóvil, o incluso ser padre o madre de familia, aseguran que tuvieron que practicarlo muchas veces, quizás cientos de veces, esforzándose mucho, quizás demasiado, y utilizando la afamada técnica del "ensayo y error". Estoy de acuerdo: sí funciona. Pero no estoy seguro que sea la única manera de hacerlo... Y lo pienso aún más cuando, a pesar del esfuerzo, la dedicación, la también famosa "fuerza de voluntad" (que de sólo pensarlo ya me estaba cansando) las personas no logran adquirir el grado de habilidad que desearon en un principio.

Cuando era niño escuchaba a menudo la frase "la práctica hace al maestro"... y es hasta ahora, a mis 25 años, que esa frase ha adquirido para mí su significado más profundo y, sospecho, más divertido.

Piensa en esto: imagina que comienzas a aprender algo. Imagina que, de hecho, lo estás haciendo ahora mientras continúas leyendo con atención, como si pudieras sentir lo que sentirías si, de hecho, lo estuvieras haciendo. Quizás tu cuerpo comienza a adoptar la postura que adquiriría al hacer lo que ahora haces y comienzas a experimentar lo que cualquier persona experimentaría al hacerlo. Es como si te enfrentaras al reto que te has propuesto por primera vez... estás aprendiendo, ¿cierto? Y entonces imaginas que tu primera práctica ha concluido y, como consecuencia lógica, comienzas a practicarlo por segunda vez. En algún grado, tu habilidad está mejorando poco a poco (o mucho a mucho) mientras continúas haciendo lo que estás aprendiendo. No sé si eres de aquéllos que se consideran rápidos para aprender o no, lo cierto es que lo haces a tu propio ritmo. Y entonces llega la tercera vez que lo practicas, o quizás la cuarta. Y vas notando cómo tu habilidad va aumentando y tu capacidad para realizar lo que ahora realizas mejor va dando fe de que ésta definitivamente ya es la quinta o la sexta vez que lo haces. Y ahora se te ocurre algo más. Mientras haces lo que haces te imaginas una película de ti mismo, en algún lugar de tu campo visual, haciendo esto que haces cada vez más fácilmente, con el grado de habilidad que quieres poseer en el futuro. Nota cómo en la película te mueves diferente a como lo haces ahora, hablas distinto, incluso tu ropa puede ser otra y el lugar en el que se desarrolla esa película puede ser más adecuado y coherente con el grado de maestría que ya has desarrollado. Pero espera: "la práctica hace al maestro", ¿o no? Así que continúas practicándolo, cada vez más rápido y cada vez más fácil, con esa película siempre al alcance de tus ojos, cada vez más cerca, cada vez más colorida, cada vez más musical. Y conforme te vas acercando a ella casi puedes sentir lo que ese tú siente al hacer lo que hace y de la manera en la que lo hace. Y te acercas. Deja que tu mente haga todo lo demás. Tú sólo sigue practicando...

Ahora, ya estás en ese lugar donde te filmaron haciendo lo que haces de la manera en la que sólo tú puedes hacerlo en este momento de tu vida. Y lo puedes sentir. Y si acaso miras hacia atrás y ves a aquél que lee un artículo mientras practica, imaginas lo chistoso que sería si retrocedieras en el tiempo y pudieras decirle al oído: "¡Ni siquiera te imaginas lo fácil que es!" Y desde aquí también observas todo lo que hiciste a lo largo del tiempo para haber logrado lo que ahora has logrado y confirmas que afortunadamente sí fue fácil. Y también miras lo que aún te falta por recorrer y casi puedes sentir lo que vas a sentir en ese futuro cercano, en una nueva filmación, en algún lugar de tu campo visual. Y regresas al pasado, rápidamente, experienciando en cada latido lo que pasó en el futuro, porque lo que vas a vivir a partir de hoy ya lo hiciste, ¿te acuerdas?

Durante algunos años practiqué el deporte de la escalada en roca. Es un deporte muy divertido y muy conveniente para mí. Un famoso escalador me demostró que "un movimiento que haces por primera vez lo vas a recordar para siempre, de manera que, cuando tengas que volverlo a hacer, ni siquiera necesitarás recordarlo porque tu cuerpo sencillamente lo hará, porque ya le parece familiar".

¿Qué es lo que comenzaste a aprender ahora? OK. ¡Practícalo!... de todas las maneras que ahora conoces. Y siente la diferencia y la familiaridad de que "lo que bien se aprende jamás se olvida".

Re-aguén... Re-aguén... Re-¿aguén?...

Omar Fuentes está certificado como

Licensed Trainer of NLP

por The Society of NLP.

Copyright © 2002 Omar Fuentes - Todos los derechos reservados en todos los medios.