Lo que hacen los sueños.

Por Omar Fuentes.

Es común que el inicio de un nuevo año inspire a las personas a pensar acerca de lo que esperan lograr a lo largo de los próximos 365 días (o 366, como es el caso de este nuevo año). Tú sabes que en PNL contamos con una serie de características para la elaboración de objetivos bien formados que ayudan a establecerlos de manera óptima; dicho tema ya lo hemos abordado en artículos anteriores y, de hecho, estas fechas son propicias para que varios entrenadores de PNL escriban sobre ello. Pero en este artículo voy a abordar algo diferente y complementario: cuando estableces objetivos, estás estableciendo una dirección para tu vida y encaminando a tu neurología a su consecución.

¿Cuántas veces has escuchado a personas decir que lo que sueñas es demasiado grande, demasiado ambicioso o probablemente inalcanzable? Es más, ¿alguna vez lo has pensado tú mismo/a? ¿Cuántas veces alguien te ha dicho (o te has dicho a ti mismo/a): “¡sé realista!”, “¡eres un idealista!” y frases similares? Detente y piensa por un momento en lo siguiente: ¡Es completamente idealista tratar de ser absolutamente realista! De hecho, es impráctico. Aquí está de más mencionar la cantidad extraordinaria de ejemplos de personas que emperradamente (disculpa el término) hicieron de lo imposible algo sobradamente posible… si alguien puede, tú puedes… si alguien puede, tú puedes mejorarlopor mucho, está de más en este artículo… ¿o no?

Una vez, en una conferencia para vendedores, el expositor dijo: “Sueña grande y harás grandes cosas”. Creo que hasta hoy entiendo y puedo vivir esa frase; porque, desde mi punto de vista, lo verdaderamente importante no es el sueño, el objetivo o la meta… sino lo que tu sueño hace de ti.

Desde hace algunos meses estoy practicando algo nuevo en los entrenamientos que imparto: cada sesión estoy evaluándome de acuerdo a ciertos criterios que establecí previamente. Si cumplo con TODOS los criterios mi calificación es de 10. Al final de todas las sesiones, escucho la grabación de la clase y voy evaluando cómo lo hice, al tiempo que descubro y añado nuevos criterios que no había contemplado antes. Me enorgullece decir, paradójicamente, que hasta el momento en el que redacto estas líneas, ¡no he aprobado una sola de las veces! Por supuesto, la gente sale muy contenta de las sesiones, aprenden mucho, cambian sus vidas… y yo estoy muy satisfecho por eso; al mismo tiempo, tengo la certeza que puedo hacerlo todavía mejor… por mucho. Mi sueño es casi imposible: obtener un 10 de acuerdo a mis propios criterios de evaluación; y digo casi imposible, porque cada sesión me la pongo más difícil, añadiendo más y más características que quiero ser capaz de llevar a cabo en una clase perfecta.

Y hablando de lo difícil, tengo un amigo que desde niño tiene el sueño de ser presidente de la República Mexicana. Estarás de acuerdo que es algo difícil de lograr, considerando que sólo una persona cada 6 años lo logra. Bolo (como le decimos de cariño) está a punto de cumplir 20 años y estudia en la escuela de leyes que muchos consideran la mejor en el país. Es uno de los mejores estudiantes de la universidad, está a punto de ganar una beca para estudiar su maestría en Europa y cada vez se acerca más y más a su sueño. Tal vez lo logre… tal vez no.

Dije que, para mí, lo importante es lo que tu sueño hace de ti y hacia allá me dirijo. Bolo quiere ser presidente de la República pero hay algo mucho más grande que eso: Bolo quiere servir a nuestro país. Lo sé porque es mi amigo y porque lo conozco. La manera en la que lo ha planeado es a través de un cargo político… estarás de acuerdo conmigo en que puede lograr lo mismo por otros medios. A lo que me refiero es que, si Bolo no llega a ser presidente, va a encontrar otra manera para cumplir con esa voluntad de servicio que tiene desde niño (de hecho, ahora no es presidente y lo hace de todas formas) y cumplir con su sueño. Tiene en mente ser presidente y no importa si lo consigue o no… lo que verdaderamente importa es lo que ese sueño está haciendo de él.

Tal vez nunca me otorgue un 10 a mí mismo después de una clase pero lo que en realidad quiero lograr es simple: ser mejor, por mucho, del que fui ayer. He elegido ser entrenador en PNL para conseguirlo… y si me enfoco en otros aspectos de mi vida me doy cuenta que actúo de forma muy similar en varios contextos. No importa si me doy la máxima calificación; lo que importa es que estoy siendo mejor del que fui ayer. De hecho, tengo alumnos que se entrenaron conmigo en la primera certificación que impartí y quieren seguir asistiendo sólo para aprender todas las cosas nuevas que enseño en cada entrenamiento.

Esto es a lo que llamamos dirección. Ser presidente o impartir la clase perfecta (según mis propios criterios), son objetivos que establecen una dirección: servir al país o ser mejor del que fui ayer (entre otras cosas, por supuesto). Piensa en tus sueños, en tus sueños grandes; ahora contesta la pregunta: ¿qué quieres lograr con eso? Tal vez tu respuesta sea un valor, un criterio o una creencia y eso es parte de la estructura de tu experiencia subjetiva. Si exploras tu respuesta vas a obtener referencias sensoriales de lo que quieres obtener. Pregúntate cosas como: ¿Dónde estarás cuando lo logres? ¿Con quién? ¿Cómo vas a saber que lo has logrado? ¿Qué estarás viendo? ¿Qué estarás escuchando? ¿Qué estarás sintiendo? Explora las submodalidades. Dale a tu neurología una probada de lo que es realizar sueños grandes y tener una dirección establecida. A veces pienso en el cerebro como un sabueso: dale a “oler” lo que habrá de encontrar y buscará la manera para hacerlo.

Por último, es relevante mencionar que el logro de sueños, sueños grandes, toma cierto tiempo. A veces es relativamente poco o a veces es mucho. Pero aquí es más que útil recordar que, mientras te encuentras en el camino de tu sueño, vas logrando otras cosas igualmente importantes. A veces pienso que las metas que vamos consiguiendo en el camino son aún más satisfactorias que la meta misma. Yo practico el deporte de la escalada en roca. Muchos piensan que la meta es llegar a la cima de la roca. Mentira. La meta es hacer de cada paso el más divertido, el más desafiante, el más sencillo, el que nunca se había intentado. No importa que no llegues a la cima. De hecho, todo el mundo llega a la cima y luego ya no sabe qué hacer. De esta forma, puedes escalar la misma roca mil veces y hacerlo mil veces más divertido, más desafiante, más sencillo, más novedoso. Insisto: no importa el sueño sino lo que tu sueño va haciendo de ti.

Cuando formes parte de una certificación en DHE vivirás en carne propia la frase: “Éste es el primer día del resto de tu vida”. Este año tienes un día más…

Omar Fuentes está certificado como

Licensed Trainer of NLP

por The Society of NLP.

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