Cuestión de criterios

Órale!

Por Omar Fuentes.

Clan-clon... Clan-clon... Clan-clon...

En la anterior edición de este boletín electrónico publiqué un artículo titulado Los famosos propósitos de año nuevo, en el que propongo mandarlos a la goma de una vez por todas. Al final del mencionado artículo, menciono que mi amigo Cuaju y yo hemos fundado la Organización Rebelde de Acción Liberal Encaminada (Órale!, por sus siglas en español), "en donde practicamos la generación de acciones inmediatas orientadas y ecológicas y nos rebelamos ante la idea de generar propósitos de dudosa realización" e invito a mis estimados lectores a formar parte de semejante proyecto. ¡Es increíble! ¡En el transcurso del mes que ha pasado recibí 71 correos electrónicos de personas que desean ser miembros de esta organización! Son personas que están mandando sus propósitos a la goma y ya están llevando a la acción lo que alguna vez fue sólo un sueño... Considerando que son 154 las personas, a la fecha, que reciben este boletín, ¡creo que esta campaña poco convencional está teniendo mucho éxito!

Así que he decidido continuar hablando de maneras PNLeras para establecer los objetivos y los procesos para alcanzarlos. Ahora bien, el tema que hoy me ocupa es una cuestión de Criterios...

El otro día estaba reflexionando en lo que será de mí cuando sea padre y, si tú ya lo eres, seguramente vas a entenderme.  Entonces imagínate: acostado en la cama, con la mirada clavada en algún punto del techo, reflexionando sobre lo que implica ser padre. Me imagino con mi hija de 15 años en una conversación cotidiana: el mes pasado reprobó 2 materias en la escuela y hoy es la fiesta en donde va a estar el chavo de sus sueños y, por supuesto, está persuadiéndome con los más avanzados patrones lingüísticos para que la deje ir... ¿qué se supone que tengo que hacer? Por una parte, pienso en mi responsabilidad como padre (criterio 1): se supone que uno de mis papeles con ella es ayudarla a hacerse responsable de sus conductas, ¿o no?... Pero justo cuando estoy a punto de decirle "No vas. Reprobaste dos materias este mes y no puedo darte este permiso", comienzo a sentir lo mucho que la amo (criterio 2) y que una de las razones más importantes de mi vida ¡es ella!... Pero justo cuando estoy a punto de decirle "Te amo tanto que, a pesar de tus resultados en la escuela, puedes ir. Diviértete muchísimo, llega a la hora que quieras y cuídate", comienzo a pensar que si verdaderamente me importa su educación y su futuro, no debería dejarla ir...

Al actuar en el mundo, especialmente cuando se trata de tomar decisiones o de establecer objetivos, muchas personas se enfrentan con situaciones similares a ésta. Dos criterios diferentes se contraponen y las personas, como yo, se quedan con la cara de "¿y ahora qué?" Es conocido el caso del empresario que quiere destacar en el mundo de los negocios (criterio 1) pero desea mantener una relación familiar enriquecedora (criterio 2). Cuando se da cuenta que, en el camino de convertirse en el empresario de éxito que ahora es ya se ha divorciado dos veces, siente un vacío interior; simultáneamente piensa que, de haberse ocupado más de su familia, no habría llegado a la posición social que ahora ocupa y, ¿qué crees?, también sentiría el mismo vacío interior. ¿Entonces qué? ¿Acaso no hay salida? ¿Si sí mal y si no también?

Me entiendes, ¿verdad? Imagina que te visito, amigo PNLero, y te platico esta historia (la de mi hija, la del empresario o alguna otra similar). ¿Cómo puedes ayudarme? Algunos practicantes se sentirán disparados a practicarme un "Colapso de anclas", una "Integración de creencias en conflicto", una "Integración de dos fisiologías disociadas" o alguna otra técnica del capítulo X del libro Z (¡jaja!) Está bien; cualquiera de estas técnicas puede ser de utilidad en mi caso. Hoy se me ocurre que, independientemente de la técnica que elijas, es cuestión de criterios.

Estoy en medio de mis cavilaciones frente a mi hija, mirando su carita angelical, escuchando con tono de súplica "déjame ir y te prometo que...", sintiendo esa punzada en el corazón y una voz interna que me dice "¡Caray! ¡Cuánto la amo!" y, al mismo tiempo, formando imágenes de mi hija en el futuro, irresponsable y desempleada, escuchando las críticas de las personas ("¡qué mal padre tuvo!") y sintiéndome infinitamente culpable por todo... cuando de pronto irrumpe en la escena mi hijo menor, de 12 años, y me dice: "Papá, ¿existe alguna manera en la que puedas actuar con todo tu amor hacia mi hermana y, al mismo tiempo, sientas que estás enseñándole a ser responsable de sus calificaciones para que sientas que eres el mejor padre que puedes ser?" ¡Pufff! ¡Magia!

Te propongo un modelo muy sencillo para trabajar con los criterios que tienes para establecer tus objetivos, de manera que puedan coexistir sin obstaculizar tus sueños. Como siempre lo digo, este modelo (como cualquier otro) debe ser adaptado a las circunstancias específicas de ti o de la persona con la que estás trabajando para que funcione totalmente:

1. Piensa en algo que quieras hacer, pero que todavía no haces. Puedes emplear las ideas que expuse en el artículo del mes pasado para hacerlo aún mejor. (ej. quiero comer de forma balanceada.) Elicita las submodalidades, estrategia, meta programas, etc. si sabes hacerlo.

2. Identifica el criterio que te motiva a llevar a cabo este comportamiento. (ej. tener una buena apariencia.) Elicita las submodalidades, estrategia, meta programas, etc. si sabes hacerlo.

3. Identifica el criterio que te detiene a llevar a cabo el comportamiento deseado. (ej. no tengo fuerza de voluntad; las dietas son muy difíciles de cumplir.) Elicita las submodalidades, estrategia, meta programas, etc. si sabes hacerlo.

4. Identifica un criterio superior al criterio que te limita a llevar a cabo el comportamiento deseado (ej. Pregunta: ¿existe algo que sea lo suficientemente importante como para que yo sea capaz de tener fuerza de voluntad para hacer una dieta, por complicada que parezca? Una respuesta puede ser: ser una persona sana y vivir muchos años.) Elicita las submodalidades, estrategia, meta programas, etc. y ancla este estado si sabes hacerlo.

Hay varias maneras de trabajar con criterios; aquí sólo expongo algunas ideas:

a) Aplica el criterio superior al comportamiento deseado que exploraste al principio, igualando la estrategia, las submodalidades, los meta programas, etc.,  mientras disparas el ancla asociada a este estado. Si no sabes hacer esto, una idea lingüística sería: Imagino que estarás de acuerdo que el comer de forma balanceada te llevará a estar sano y vivir muchos años en plenitud física, ¿cierto? ¿No será también un sinónimo de salud el encontrar una dieta sencilla de cumplir y, de esa forma, tener una buena apariencia?

b) Puedes hacer lo mismo con el criterio que te motiva (explorado en el paso 2), ajustando la estrategia, los meta programas, las submodalidades, etc. de éste con las del criterio superior.

c) Puedes, además, explorar formas de cumplir con el comportamiento deseado respetando el criterio limitante (elicitado en el paso 3), mientras sostienes el ancla. Algo así fue lo que hizo mi hijo dentro de algunos años cuando sea padre: ¿existe algún tipo de dieta balanceada que no sea muy complicada y que tampoco requiera de tanta fuerza de voluntad y que, al hacerla, sientas que estás haciendo algo por tu salud y por los años venideros? Como sabes, esta última herramienta presupone que el criterio limitante tiene una o varias intenciones positivas y el único chiste es respetarlas.

Mientras más personas me siguen escribiendo para formar parte de Órale!, te invito a que diseñes más herramientas para trabajar con los criterios; echa mano de tu curiosidad por encontrar formas de ser más y más libre en este mundo. Mientras tanto, voy a clavar la mirada en algún punto del techo mientras espero, en el futuro, a que la noche pase, mi hija se divierta como nunca en su fiesta y llegue la mañana... voy a ayudarle a mi hija a estudiar, ¿sabes?

Clan-clon... Clan-clon... Clan-clon...

Omar Fuentes está certificado como

Licensed Trainer of NLP

por The Society of NLP.

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